Por: Marlon Laguna
Tomado por del: www.elpalmerolaonline.com
Marcala-La Paz. Localizado a unos 20 minutos del propio centro de la ciudad de Marcala en el municipio del mismo nombre en el departamento de la Paz, Honduras, a unos 1,400 metros sobre el nivel del mar, se encuentra el barrio de San Francisco donde en cerros y laderas se cultiva uno de los mejores cafés del país avalado por varios reconocimientos internacionales en el tema del aromático.
La comunidad cuenta con una población aproximada de unos mil habitantes quienes también se dedican al cultivo de otras variedades de hortalizas, pero su rubro principal es el cultivo del café de montaña.
Entre las muchas propiedades que se encuentran en la zona, se destaca la finca de café “Paisandù”, propiedad que por más de 50 años ha pertenecido a la familia Montoya Pérez y que en la actualidad es administrada por los hijos y nietos de don Saúl Montoya actual patriarca de la estirpe en mención.
En el presente, la finca se encuentra distribuida y dividida equitativamente entre los 8 hijos de don Saúl Montoya, dos de ellos ya fallecidos pero de igual forma otorgadas a sus herederos (nietos) quienes mantienen la tradición, honestidad y unidad familiar que por años ha distinguido a la familia Montoya Pérez en la región.
Al comienzo del recorrido por la finca “Paisandù”, las personas pueden experimentar un clima fresco y agradable lleno de aire puro y limpio en combinación con la diversidad de la foresta que se haya en la zona, en un ambiente de verdadera paz y tranquilidad.
Al lado izquierdo de la inmensa propiedad junto al río, se encuentra la finca “Colinas del Sayabel”, propiedad del profesor Saúl Montoya, hijo mayor del patriarca, quien además del cultivo del café se dedica a la siembra de banano, plátano y naranjas, entre otros cultivos.
Continuando en la senda, entre estrechas veredas empinadas rodeadas de cultivos de café y árboles, se puede apreciar la finca del ingeniero Armando Montoya, quinto hijo varón de don Saúl Montoya y quien junto a su esposa e hijos, todos los fines de semana se traslada desde la ciudad capital de Tegucigalpa hasta ese lugar, para darle el respectivo mantenimiento a sus siembras.
“El actual café que cultivamos es de la variedad arábica parainema, hay algunos sectores de la finca que estamos renovando porque teníamos una especie de café que fue atacada por la plaga de la roya, esperamos este año contar en un 100% con la nueva variedad”, manifestó.
Montoya especificó que “Esta es una tierra muy noble para cualquier cultivo por su ubicación y altura sobre el nivel del mar, nuestro padre nos heredó en vida dejando una cláusula que expresa que nadie puede vender o alquilar su parte a menos que se trate de una necesidad mayor pero siempre y cuando quede en manos de la familia, con el propósito de preservar el patrimonio familiar», aclaró.
Sobre su parcela de tierra, Armado Montoya expuso que lleva el nombre de “Alejandra «en honor a su abuela Alejandra Montoya ya fallecida, pero que desde tiempos remotos de sus ancestros cuando estaba en vida su abuelo el general Roque Jacinto Pérez, el lugar ha sido conocido como “Paisandù”, confirmó.
“A parte que disfruto mucho de la agricultura, ya casi para mi jubilación como un profesional de la ingeniería, esta actividad me trae un descanso ya que me gusta mucho ver desarrollar las plantas desde su crecimiento, para mí es una satisfacción ya que el objetivo principal es dejarle un legado a la familia y gracias a Dios mi padre está viendo a sus hijos dedicados a la caficultura, el mayor rubro en Marcala hasta el momento”, argumentó.
“Mi papá está viendo el legado que está dejando y nosotros anhelamos que así se mantenga, con el boom de la industria sin chimeneas, estas son tierras excelentes para ser explotadas ya que es algo natural que no todos lo poseen y nosotros queremos aprovechar esa oportunidad para las próximas generaciones, puntualizó.
Después de realizar un recorrido extenso por la propiedad ya al final de la misma, se llega hasta una cima llamada por los locales como «El Parador”, donde se puede apreciar toda la ciudad de Marcala para realizar imágenes de seifil e impresiones fográficas de la zona al tiempo de disfrutar del clima fresco que ofrece la finca “Paisandù”, un lugar de ensueño que produce un café diferente con sabor familiar herencia de sus ancestros. (E.P.Com.)